24 jun 2015

Sobre la presencia de Scioli en 678


Por Nacho Fittipaldi

Desde hace unos días está siendo muy discutida la participación de Scioli en 678. Surgió una lección de periodismo independiente a manos del periodismo de oposición acerca de cómo deberían haber preguntado los panelistas de 678; un enojo de la audiencia de 678 para con los panelistas del programa, acerca de lo que no preguntaron; y el espíritu de un revanchismo post-Randazzo enfervorizado por ver ahí, una claudicación supuesta de los valores, principios, creencias, digamos una <<ideología>> kirchnerista entregada al Sciolismo.
Desde el periodismo opositor se mofaron del <<sapo que tuvieron que comerse los de 678>>. Se habló del buen trato que recibió el gobernador, cuando fue notorio lo tenso que estaban todos ante el filo brilloso de las preguntas incómodas que finalmente se hicieron con el rigor que se imponía. Los periodistas del programa estuvieron lejos de ser condescendiente con el Nuevo Scioli y muy lejos de sentirse cómodos con la situación general. Se castiga a los panelistas del programa porque no estuvieron <<tan>> agresivos, e incisivos, como el manual del buen periodista indica debe hacerse ante un candidato presidencial. Práctica que, por otro lado, no hay en TN para con el Blindaje-Macri.
El pase de factura del que mira 678, tiene que ver y está en dimensión relativa a las posturas que 678 había tenido para con Scioli, en ausencia de Scioli, cuando él no era el candidato del espacio PJ-FpV. ¿Puede perderse de vista este hecho objetivo? Esperaban una pelea y encontraron algo <<acordado>> en el sentido que era explícito el pacto de no agresión. Algo que Randazzo nunca comprendió, tal vez azuzado por el propio Zannini, algo que a la audiencia de 678 le encantaba, algo que los panelistas de 678 ejecutaban con naturalidad y la comodidad propia de los libre pensadores.
Desde la audiencia kirchnerista, la crítica viene sobre una cuestión que trabaja sobre un principio del <<buen periodismo>>: la re-pregunta. La audiencia de 678 tuvo un reproche acerca de por qué no se le repreguntó a Scioli cuando él contestaba de manera elíptica o se escurría por las veredas del camino hacia donde debería converger la respuesta, en tal o cual sentido. Hábil como un leopardo, Scioli maneja esa práctica mejor que ningún político argentino. ¿Tenía sentido llevarlo al terreno que mejor maneja? ¿Con qué objetivo? Scioli sabe qué es lo que debe responder. Sabe exactamente lo que va a responder antes que la pregunta sea enunciada porque sabe qué le van a preguntar (más aún en 678) y porque sabe lo que quiere comunicar. Por eso responde siempre lo mismo. Desconocer esto es subestimar su naturaleza, compleja por cierto.

La audiencia de 678 quería que los panelistas lincharan a Scioli, querían ver la agudeza y la dominación intelectual por sobre la gimnasia política del candidato presidencial, querían ver la sangre drenada de la herida de Randazzo, querían redimirlo, querían que Scioli sintiera el dolor de un parto llamado 678, querían que los panelistas de un programa político, identificado desde hace un tiempo con el kirchnerismo/randacista hicieran lo que no hizo Cristina. Absurda expectativa. Si Cristina le habilitó la candidatura a presidente, ¿desde qué lugar los panelistas iban a deslegitimar eso? ¿Con qué capital político-simbólico? Los panelistas hicieron las preguntas que tenían que hacer, Scioli respondió y hasta ahí llegó el asunto. No hay mucho mas para decir, así sucederá cada vez que se lo entreviste. Scioli sabe con precisión qué es lo que quiere y necesita comunicar. Esperar un linchamiento mediático en pos del periodismo independiente, parece insólito y absurdo en un foro que se define así mismo como un espacio de periodismo militante y que es a las claras un dispositivo (entre tantos de la productora PPT) de comunicación y de difusión a favor del oficialismo. 
En todo caso lo novedoso es que el programa fue correcto desde la funcionalidad que asumió en relación a la estrategia electoral que trazó la conductora de este movimiento político, y desde ahora eso incluye a Scioli. 

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