1 nov 2010

Adjetivaciones posibles sobre el Servicio Cívico Voluntario (SCV)

Por Nacho Fittipaldi
En relación al SCV debe decirse que es un proyecto que merece varios adjetivos. Primero podríamos decir que es preocupante por los contenidos ideológicos que articula. Segundo, por la representación que se tiene de algunas instituciones estatales y que allí se desnudan con total impunidad, es retrogrado. Gravoso en  tercer orden, en tanto cuenta con media sanción de la Cámara de Senadores de la Nación. 
También podemos decir que es un proyecto que niega a la educación como  derecho garantizado en la constitución, olvida que en el caso de la educación secundaria es de carácter obligatoria. Luego, es deber del Estado generar las condiciones necesarias para asegurar ese derecho y cumplir con esa carga ciudadana. En tal sentido debe decirse que en provincia de Bs.As. el impacto de la Asignación Universal por Hijo ha implicado una incorporación masiva de chicos que estaban fuera del sistema educativo; el incremento en la matricula escolar ha sido de 300 mil alumnos. Habrá quien diga que la estructura actual no da abasto con esa matricula hipertrofiada, pero también debemos señalar que es un problema que el Estado Nacional ha escogido tener, a fin de incluir a todos los pibes en las escuelas con su calendario de vacunación al día. Quienes aún no estén en la escuela deben estar en la escuela y no en una unidad militar aprendiendo oficios. Esa instancia es una instancia absolutamente estigmatizante y discriminadora, ya que  cercena  el derecho de ir a la escuela y consolida el proceso de estratificación de ciudadanías. Es como si se les dijera a quienes son víctimas de la exclusión social: “vos que no vas a la escuela y que nunca vas a poder estudiar, vení que te enseñamos a hacer bulones y mientras tanto el Ejército te disciplina un poco para que no termines en la canaleta de la droga y la delincuencia.” Es un horror político que confunde institucionalización de las desigualdades, con reconocimiento de las diferencias.
Finalmente el SCV reproduce y anuncia el proyecto político que se presentará como alternativa en las elecciones presidenciales de 2011. Allí entrarán en disputa dos proyectos. Uno de ellos -el Kirchnerismo, ahora sin Néstor- representa un proyecto nacional con capacidad y ambición de inclusión social, distribución de la riqueza con equidad y justicia social. El otro -el cobismo alfonsinista y el peronismo disidente-federal- macrista-, un proyecto político para pocos, que como esta propuesta alecciona, garantiza y promete asimetrías sociales y simbólicas; un proyecto político que piensa resolver la problemática de las diferencias con mecanismos de guetizacion. Pero a no equivocarse en las lecturas, enviar a los excluidos del sistema a los cuarteles militares, no parecería ser simplemente un pésimo proyecto de inclusión.
Es bueno que estén desnudos tan pronto.

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