Por Nacho Fittipaldi
Entre el año 2004 y 2007 formé
parte del equipo de asesores de la Subsecretaría de formación y capacitación policial,
la gestión estaba a cargo de León Arslanián y el gobernador de la Pcia. de BsAs
era Felipe Solá. Un poco en broma decíamos que esa subsecretaria era en verdad “de
deformación policial”. La cúpula policial así lo creía. En 2008 formé parte de
un equipo de investigación que se introdujo en la formación básica (es decir el
estudio inicial a partir del cual un sujeto cualquiera se recibe de policía,
gendarme o lo que fuere) de la Gendarmería Nacional, Prefectura, Policía Federal,
la Policía de Seguridad Aeroportuaria por entonces recientemente creada por Néstor
Kirchner y dirigida por Marcelo Saín, y las policías del NEA argentino.
Como parte de mis conclusiones a raíz
de ambas experiencias puedo concluir de memoria y sin mucho esfuerzo: Los pibes
y pibas que se anotan para ser policías o gendarmes lo hacen por necesidad de
trabajo y cobertura social; su nivel educativo es entre precario y nulo; su nivel
intelectual mediocre; su cultura general pésima; la formación que reciben es
insuficiente y muy general, lo cual se agrava debido a que el nivel educativo
con el que ingresan es de lamentar; darles un arma de fuego es un riesgo para
sí y terceros; su desapego a los derechos humanos (concepción esquiva si las
hay) es notorio en relación a las responsabilidades que van a tener por sobre
el resto de la sociedad; ello no es algo que la fuerza les inculca
necesariamente durante la formación, es curioso. Más bien diría que es algo
anterior a ese recorrido, una especie de requisito de ingreso no explicitado,
ni escrito; las clases sociales a las que les toca reprimir son las misma a la
que pertenecen, con lo cual muchas veces viven en los mismos barrios donde
patrullan, reprimen y caminan rumbo al colectivo; la cúpula policial o de las
otras fuerzas es tan fasistoide como los pibes que pugnan por recibir sus 9 milímetros
reglamentarias; el proceso de formación básica está planteado como una
dificultad en sí misma que los “aspirantes”, así los llaman, deben sortear. Si lo
sortean con éxito es porque están en condiciones, tiene el don, de ser “agentes
del orden”, de lo contrario se ve como natural que abandonen el recorrido. Ello
implica que los pibes tratan de soportar todo, cuando digo todo hablo desde
abusos sexuales dentro de las escuelas hasta pruebas físicas de indudable
riesgo para sus propias vidas. Cierta vez estando en la escuela de suboficiales
de Prefectura enviado por el Ministerio de Justica, Seguridad y DDHH de la
Nación me tocó presenciar, desde atrás de un arbusto, a escondidas y cagado en
las patas, un “baile”. Un baile es una práctica institucional nocturna, puede
ser de día también pero de noche son más crueles, que consiste en someter a los
pibes al rigor físico encomendado por sus instructores directos. Por ejemplo: Hacerlos
bañar con agua fría durante el invierno y sacarlos a correr semi desnudos, hacerlos
hacer flexiones de brazo como si fueran Vin Diesel o Serafin Dengra, salto
lagartija, subir un cerro en plena madrugada y cosas por el estilo. En esos
ejercicios que, durante la tarde las autoridades me habían negado su continuidad
(durante muchísimos años fueron naturales e institucionalmente aceptadas, el
tiempo político de la época les indicaba lo contrario), los pibes y pibas son
arruinados física y psíquicamente. No hay manera de decir “no puedo más” o “tengo
frío”. La relación entre esas prácticas y su rol como “agentes del orden” es,
como se comprenderá, nula. Según las autoridades sirven para forjar el carácter.
Yo creo que generan fieras. Esas prácticas hacen que los sujetos que egresan
como policías, y las fuerzas federales de seguridad, sean tremendamente
resentidos y violentos. Son formados en espacios hostiles, de violencia
institucional y de no respeto hacia el otro, el vínculo con el otro está mediado
por la jerarquía que cada uno ostenta dentro de la fuerza. Bien. ¿Cómo creen
que se posiciona la cúpula de estas fuerzas cuando reciben el mensaje que todo
vale enviado por el Poder Ejecutivo Nacional y/o Provincial? ¿Cómo creen que
actúan las bases una vez que la cúpula pasa el mensaje? ¿Que creen Uds. que
sucede cuando uno de estos pibes sale a patrullar el conurbano, o es enviado a
desalojar una fábrica tomada, o a terminar un piquete en la ruta 40 en la zona
entre Esquel y El Bolsón? ¿Qué creen que sucede y cómo accionan cuando tienen
la posibilidad de invertir ese rol pasivo al que han sido sometidos durante su formación
básica y durante toda la vida institucional? ¿Cómo creen que actúan los suboficiales de
Gendarmería, la jerarquía más baja de la suboficialidad, esos sin estudio, sin
apego a la ley, esos sometidos sin cultura, sin redención, sin raciocinio y sin
corazón cuando salen a cazar a personas sin armas, cuando tirotean, apedrean,
hostigan a unos iguales a los suyos? ¿Cómo creen que se comportan?
Con 15º grados bajo cero, con un
río de deshielo en pleno invierno, tal vez un disparo no sea necesario. Cuando
el río es un arma líquida tal vez no haga falta disparar a la cabeza.
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