5 oct 2010

Retazos de vida

Por Nacho Fittipaldi
Hoy me levanté tarde porque mis amigos se fueron de casa a las tres de la mañana. El asado estaba muy sabroso, mucho vino, mucha cerveza, algún porro. Medio beodos, todos se fueron (todos) a la misma hora. Al día siguiente, cuando sonó, apagué el despertador; pensé en ir a trabajar tarde, mas tarde que lo habitual. Desistí de ir a nadar. Recordé que tenía que traer una mesita de la casa de mi vieja porque hoy festejamos el cumple de Tomás y no hay donde apoyar las papas fritas. Tomy cumple once años pero no tenemos mesita, a veces pienso que con mi mujer nos falta eso, una mesa. Me levanté tipo diez de la mañana, busqué las cosas de natación, y me fui a nadar. Nadé 3000 metros, quedé hecho mierda, con la conciencia de saber dónde estaba cada uno de los músculos de mi espalda, pero feliz. Después me fui a comer a lo de Juan, recordé que habíamos quedado en llamarnos, te llamé, una voz de hombre me atendió en vez de la tuya. Corté, pensé que eras una pelotuda, lo confirmé.
A la tarde había una reunión en el trabajo, yo tenía que estar, tenía que ir. A las seis de la tarde tenía turno con mi odontólogo, yo no tenía ganas de nada. Llegue a mi casa, bajé la mesita para Tomás, esas cosas que uno hace por sus hijos, eran las cinco menos cuarto. Me hice un mate, vi que era tarde para todo, el cielo se anunciaba gris, lluvioso, me dolía todo el cuerpo de nadar y decidí acostarme a dormir. Dormí un rato largo, muy largo, y fue como morir un poco, dormí catorce horas sin parar, se largó a llover y me puse a leer, llegó mi mujer, después lloré y charlamos un rato largo en la cama, abrazados. Desde que lo tuyo y lo mío sucedió, me doy cuenta, más que antes, cuánto la quiero; sí a ella. Desde que vos te fuiste todo es mejor.
Cuando leí tu carta y supe que te habías quitado la vida, de una manera distinta al suicidio, todo me pareció un horror indescifrable...tu vida y la mía anudadas para siempre por un dolor irrefrenable.

No hay comentarios: