28 nov 2013

Semana














A mi gran amigo, Augusto.
Dejó el luto o ¿perdió el luto? Cristina usó el blanco y eso parece rajar la tierra. El viceministro de economía de la nación asume como ministro de economía de la nación. El nuevo jefe de gabinete anuncia que convocará a una reunión de trabajo al jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Bs.As y al gobernador de Santa Fe. Cada mañana da una conferencia de prensa anunciando que no habrá grandes anuncios. La tierra se abrió. Los medios de comunicación destacan la novedosa generosidad del nuevo jefe de gabinete que no anunciará nada trascendente hasta que Cristina decida lo contrario. Martín Insaurralde se fue a Miami de vacaciones. Es un hijo de puta. Traidor. Cipayo. Mueren de la envidia. Murió Ricardo Ángel Fort y los programas de la tarde, o sea, los programas que se emiten durante la tarde, alcanzan los 17 puntos de rating. Aparentemente Fort sufrió como una mula todo este último tiempo pero nadie puede especificar cuánto tiempo abarca ese último tiempo. 17 puntos de rating equivalen a 1,7 millones personas pendientes de eso. Qué sociedad. Jesica Cirio dice que Insaurralde es el amor, o el hombre, de su vida. También denuncia que haciendo el cheking le tocaron el culo. De Duhalde ni noticias.  Se retiró David Nalbandian. El más normal de los tenistas. Mi primo corrió 50 km en Bariloche y no salió en ningún lado. Aún nadie explica por qué son 50 y no los 42, clásicos, kilómetros de la maratón. “Ahora llueve, llueve mucho y parece que están lavando el mundo” así dice Juan Gelman. Así parece que es este torrencial aguacero que hace sonar la chimenea de mi casa, así el ojo de agua que ahora me espía, canta la noche y trae un rumor, el rumor de tierra mojada, así son los días de frenéticos, de livianos, de no pasar, pasando, nada, pasando todo, a cuenta gotas y contando ojos, ojos que miran, que miran finito, chiquito y grande, están atentos, atentos y despiertos para cuando pasen las cosas no perdérselas, para amar o para sufrir, vivo para estar pendiente, de vos y del otro, de esos cinco dientes que ya asoman, asomantes, por los que faltan. Vivo para que esta lluvia te moje, vivo para elegir qué rumbo seguir, atento para que el dolor ajeno no pase desapercibido pero tampoco te frustre, vivo y atento para ver la felicidad de ese amigo que esta consternado por la hija que está viniendo, derecho hacia él, intransigente. Definitivamente. Para amarla y besarla, para alzar la copa, para mirarse fijo a los ojos y comprender que nada será igual, como desde que vos llegaste a mi vida, para que estar vivo sea esa sensación de entender el sentido cabal del amanecer y echarse a dormir esperando el día siguiente. Para extrañarte todo el tiempo y que me duelas un poquito, acá, en un costado, para que tu sonrisa sea también el aglutinante que lava todo el cansancio y quererte. ¿0 no, o no se trata de eso?, “¿se escucha viento ahí?”, ¿llueve?, ¿está lloviendo?, ¿te moja?, ¿estás despierto?, ¿venís? Vení eh, estoy esperando, hace tiempo que te estoy esperando.